Puede ser más fácil pensar en cada parte del trabajo de forma aislada, pero esto resulta en una mala práctica. No tiene mucho sentido que una parte de la organización trabaje más rápido o de manera más eficiente si esto pone una tensión en alguna otra parte de la organización. Se debe pensar en cómo el trabajo que hace cada parte contribuye a la creación general de valor de la organización. De esta manera se pueden tomar decisiones que benefician a todos.
Ningún servicio, práctica, proceso, departamento o proveedor está solo. Todos interactúan de formas complejas para crear valor. Tienes que pensar en todo esto cada vez que estés decidiendo o planeando una mejora.