Es una metodología de mejoramiento de procesos corporativos. Su objetivo es minimizar la cantidad y la intensidad de los errores que se pueden cometer en una organización y, a partir de esa mejora, hacer que los procesos de la compañía tengan mayor calidad y funcionen con efectividad en la búsqueda de sus objetivos. No es una metodología tan extendida como otras aproximaciones, porque es especialmente exigente:
Six Sigma es intenso y riguroso, e implica una inspección completa de la manera en que todo se hace. Six Sigma establece objetivos de negocio ambiciosos y mide el desempeño de tal forma que obliga a que se lleva una contabilidad. No permite que un equipo de gerencia se vuelva complaciente, sino que, al contrario, expone los desperdicios que de otra forma permanecerían en su mayor parte sin ser notados. Six Sigma saca al negocio de su zona de confort (Gygi et al, 2005).
Su nombre viene de una variable estadística, llamada sigma, que determina cómo se comporta un proceso determinado en comparación con lo que se espera de dicho proceso. Un proceso de mala calidad, que no brinda los resultados que esperan de él, funciona a un nivel de 1 o 2 sigmas; uno de alta calidad funciona de 3 a más sigmas. Esta metodología específica establece que una excelente calidad no puede bajar de un rendimiento de 6 sigmas, y propone una metodología de mejoramiento para alcanzar ese estándar de calidad basada en la capacidad de determinar las causas exactas del rendimiento que presenta la organización y mejorarlas detalladamente.