Dexon BPM



Business Process Management y gobierno corporativo

Una compañía es un conjunto de personas con una meta común, como ya hemos señalado en otros artículos. Para que este conjunto de personas pueda llegar a sus objetivos hay un aspecto de la corporación que se encarga de regular las acciones y revisar continuamente que las tareas se desarrollen oportunamente. A este estamento se le conoce como los órganos de gobierno corporativo.

Estos órganos de regulación usualmente constan de una “junta directiva, el consejo de administración, los accionistas y el resto de las partes interesadas”. Todas las normas que regulan las acciones de estos estamentos se conocen como gobierno corporativo. Entonces, lo que este hace es estipular “las reglas por las que se rige el proceso de toma de decisiones sobre la compañía para la generación de valor” (deloitte.com).

La importancia del gobierno corporativo radica en que es gracias a sus principios que se pueden garantizar logros. Con estos parámetros y normas es posible para los directivos saber cuándo hay que hacer ajustes y correcciones según los resultados que se presentan. El gobierno corporativo es entonces como la cabeza de la organización, la que toma las decisiones clave en los momentos más indicados.

El gobierno corporativo se refiere a la forma en que se gobiernan las empresas y con qué fin. Identifica quién tiene el poder y la responsabilidad, y quién toma las decisiones. Es, en esencia, un conjunto de herramientas que permite a la dirección y al consejo afrontar con mayor eficacia los retos que plantea la gestión de una empresa. El gobierno corporativo garantiza que las empresas dispongan de procesos de toma de decisiones y controles adecuados para que los intereses de todas las partes interesadas (accionistas, empleados, proveedores, clientes y la comunidad) estén equilibrados. (cgi.org.uk)

BPM para un gobierno corporativo efectivo

Como cualquier conjunto de reglas, las del gobierno corporativo funcionan mejor cuanto más automatizadas e integradas estén a la actividad general de la compañía. Podemos entenderlo mejor con una analogía: conducir un carro se da mejor si al hacerlo no estamos pensando en cada acción que debemos ejecutar y cuándo debemos hacerlo, sino cuando permitimos que las acciones fluyan automáticamente.

En este sentido, el BPM es un apoyo fundamental. Con BPM se pueden integrar todas las normatividades del gobierno corporativo a un sistema que las integra y las articula en una coordinación perfecta. Así, los directivos no deben estar pendientes de que se cumplan las regulaciones, sino que es la herramienta de BPM la que informa cuando hay ajustes que hacer o cambios profundos que ejecutar.

De esta manera, los principios del gobierno corporativo serán respetados y todos recibirán sus beneficios: se dará un trato justo, pues el software no discrimina por posición en la compañía, sino que informa de las acciones con independencia de quien las ejecuta; habrá transparencia, pues el sistema guarda toda la información para que esta pueda ser revisada en cualquier momento; se evaluará adecuadamente el riesgo para tomar decisiones oportunas que no afecten a los involucrados en el negocio (investopedia.com)

Es una forma de entrar en lo que se conoce como la era 4.0 del gobierno corporativo:

El papel de los consejos de administración ha pasado de la gobernanza 1.0, que era un consejo de supervisión a distancia, a la gobernanza 2.0, que trajo el cumplimiento y la reforma a la sala de juntas después de Enron, a la gobernanza 3.0, que está marcada por el cambio del capitalismo de los accionistas al capitalismo de las partes interesadas y la mentalidad centrada en ESG (environmental, social and governance), hasta la gobernanza 4.0 actual, en la que la competitividad a largo plazo de las empresas está completamente entrelazada con la tecnología que habilita todas las funciones empresariales. (forbes.com)

Esto significa que la tecnología hoy es imprescindible, y que la automatización ya no es una opción. Cuanto más rápido una compañía integre estas funcionalidades, más rápido crecerá y establecerá una confianza en sus clientes y asociados. Un BPM flexible y robusto garantiza una organización inteligente, con una cabeza clara y rápida, que lidera al resto del equipo desde el conocimiento y la responsabilidad. El BPM se convierte así no solo en el apoyo del gobierno corporativo, sino en un respaldo de todo el negocio, y en una garantía de altos estándares de calidad. Con esto se la da mayor valor al negocio y se construye una comunidad estable de colaboradores.

Con la solución Dexon BPM hemos visto en repetidas ocasiones este fenómeno: al alinear la normatividad del gobierno corporativo con una herramienta flexible de automatización se alcanzan más rápido las metas del negocio. Se transforma además toda la comprensión que se tiene del negocio y se elevan significativamente los niveles de satisfacción y de compromiso de los empleados. Además, los clientes crecen y la compañía aprende más fácilmente a diversificar su mercado y a adaptar sus productos y servicios a nuevos usuarios.

El gobierno corporativo es tal vez el elemento esencial de la confiabilidad que la compañía ofrece. Por eso, dejarlo solo en papel y en procesos mecánicos puede no ser la mejor idea en un mundo de negocios digitales en el que todo está interconectado por medio de la tecnología.

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