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Es muy común hablar en la actualidad de la automatización de los procesos y de la mejor manera de gestionarlos. Sin embargo, es valioso conocer un poco de la historia de estas ideas para entender cómo las transformaciones tecnológicas de la actualidad están cambiando las posibilidades de la gestión de procesos y de los flujos de trabajo de las compañías. Así, podremos conocer el pasado, el presente y el futuro de esta manera de organizar mejor los negocios.
Conocer esta historia es importante porque a veces se asume que el BPM existe desde el principio mismo de la revolución industrial, solo porque en ese momento ya se hablaba continuamente de mejorar los procesos de las manufacturas. Sin embargo, como veremos, en realidad esta es una tecnología ligada estrechamente con el internet y las tecnologías de la información y su desarrollo corresponde más a nuestro siglo actual.
Las aplicaciones genéricas y específicas, como los sistemas de gestión de bases de datos y los programas informáticos de apoyo a la toma de decisiones, no existían en los años sesenta, por lo que los sistemas de información (SI) eran principalmente a medida, construidos sobre un sistema operativo y con una funcionalidad limitada. Los años setenta y ochenta estuvieron dominados por los enfoques basados en los datos y la informática se centró en el almacenamiento y la recuperación de la información. El modelado de datos se convirtió en el punto de partida de los sistemas informáticos. El proceso de negocio se descuidó y se esperaba que se adaptara. (1library.net)
Esto significa que, a pesar de que los procesos siempre han existido en la estructura de los negocios, no ha sido sino hasta hace relativamente poco que se empezó a pensar el negocio con base en los procesos y no con base en las tareas separadas y en los departamentos de la compañía: “un último impulsor de la BPM es el cambio en el desarrollo de los SI, que ha pasado de los diseños cuidadosamente planificados al rediseño y el crecimiento orgánico. La omnipresencia de Internet y sus estándares han hecho que el desarrollo de software se vuelva dinámico (van der Aalst, ter Hoftstede y Weske, 2003)” (1library.net).
Si bien en el pasado existieron siempre estrategias para optimizar los procesos, solo la velocidad de los negocios en un entorno tan exigente como el que empezó a darse con el auge del internet hizo que se pensara en la organización por procesos y en la tecnología necesaria para sostener esta idea.
Entonces, de pensar en tareas separadas que solo estaban unidas por la dirección de la compañía, es decir, una visión jerárquica de la organización, se pasó a la idea de organizar esas tareas con el denominador común del resultado y del proceso total que se usa para lograr ese resultado. Es decir, que se empezó a poner en el centro de la operación a los clientes y sus necesidades, y no a la gerencia con sus demandas. Así, con este cambio de cultura organizacional, se empezó a dar relevancia al flujo de trabajo y al cambiante ritmo de los negocios en un mundo totalmente interconectado:
Las organizaciones, y sus SI asociados, que cambian constantemente, se denominan organizaciones emergentes o, alternativamente, empresas ágiles. Todas las características de la organización están en continuo movimiento y no siguen un patrón predefinido (Baskerville y Siponen, 2002). Esta descripción es aplicable a muchas organizaciones del entorno empresarial actual, que se ven presionadas para seguir siendo competitivas en un mercado siempre cambiante y exigente, y que necesitan responder de forma eficaz y proactiva (Moreton y Chester, 1996). (1library.net)
Al entender el proceso como un todo, el flujo de trabajo, es decir, la interconexión de todas las partes del proceso, se convirtió en una clara necesidad de los procesos y, con esto se abrió la puerta a una sencilla y práctica automatización de toda la operación, y a una concepción ágil de los negocios:
El WfMC define el flujo de trabajo como “la facilitación o automatización informatizada de un proceso empresarial, en su totalidad o en parte”. El flujo de trabajo se refiere a la automatización de procedimientos en los que los elementos se transmiten entre los participantes de acuerdo con un conjunto definido de reglas. Un proceso de negocio, desde el punto de vista del WfMC, se define como “la representación informática de un proceso que incluye la definición manual y la definición del flujo de trabajo”. Esto se amplía para incluir sus pasos de actividad discretos, la asociación con los recursos humanos e informáticos y las reglas que rigen estos pasos. (1library.net)
En Dexon Software hemos descubierto que el futuro de el BPM es la automatización completa de las actividades de las compañías, lo que se conoce actualmente como hiperautomatización. De esta manera, nuestra solución de Business Process Management puede llegar a automatizar los procesos hasta los niveles más profundos y así poner a nuestros clientes en los primeros lugares de competitividad y actualidad corporativa, pues cada vez más la dinámica global será dirigida por la tecnología y su velocidad propia.
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