Dexon BPM



Digitalización de procesos. El camino seguro hacia la transformación digital

Documento elaborado por: Dexon Software

Presentación

Este documento tiene como propósito señalar algunos factores decisivos en el proceso de transformación digital que muchas compañías empiezan a implementar en estos momentos. Es nuestra intención, desde Dexon Software, mostrar los caminos más seguros para aventurarse en ese importante cambio de modelo de negocio y no fracasar en el intento. Queremos mostrar perspectivas interesantes que apuntan en esa dirección, elaboradas por expertos que han estado trabajando ya desde hace algún tiempo en la transformación digital y en todas sus implicaciones, y también señalar lo que nuestra experiencia nos ha enseñado.   

Es innegable que la tecnología está consolidándose como un elemento fundamental, decisivo, en el éxito de una compañía, y un uso inteligente de esta es una necesidad que toda organización afronta. Esto es más cierto hoy, a mitad del 2020, cuando la compleja situación global debida a las condiciones de movilidad por la crisis sanitaria ha forzado tantos cambios en los modelos de negocio de todos los sectores del mercado en el mundo. Además, millones de usuarios de diferentes productos exigen que sus requerimientos sean respondidos con la velocidad propia de la tecnología presente en nuestra vida cotidiana. Por eso la digitalización es el factor diferencial más sobresaliente en la competitividad de hoy.

Frente a estos desafíos, nuestra experiencia nos ha mostrado que lo más fundamental para una digitalización exitosa de todo el quehacer corporativo es garantizar una digitalización completa de los procesos de la organización, lo que significa integrar en un sistema unificado los flujos de trabajo y todas las acciones y tareas que tienen lugar en el proceso, así como la totalidad de los datos de los sistemas de información que la compañía tiene en uso; así, la digitalización de procesos alinea toda la operación con los objetivos estratégicos y con la meta principal de todo negocio, que es la satisfacción de sus clientes. Esta es una realidad que hemos visto en numerosos casos de clientes nuestros que han implementado la solución Dexon BPM, nuestra herramienta para alcanzar esta integración en un sistema que coordina y orquesta todos los procesos de la operación corporativa. Así, hemos acompañado a nuestros clientes a avanzar con pasos seguros en la transformación digital que el ritmo del mercado está exigiendo en la actualidad.

1. Introducción

En el siglo XXI la relación entre el ser humano y la tecnología ha tenido una transformación cualitativa que no existía en épocas anteriores. Si bien desde principios de los años noventa el desarrollo de la computación ya permitía prever este tipo de cambios, no ha sido sino hasta la época actual en que estos se han convertido en una realidad completa y al alcance de la mano. Esta presencia de la tecnología ha afectado todas las áreas de la vida humana, y los negocios y la manera de gerenciarlos no han sido una excepción: “el incremento de dispositivos inteligentes y plataformas de redes sociales, ocurrido entre 2000 y 2015, llevó a un cambio drástico de los métodos en que los clientes se comunican con los negocios” (Schallmo y Williams, 2018). Pero, si la comunicación entre clientes y negocios ha cambiado radicalmente, también lo ha hecho la comunicación que tienen los gerentes con sus empleados y la que tienen los empleados entre sí.

Nos encontramos pues con un ambiente laboral completamente nuevo, y el reto que tienen que afrontar hoy los gerentes y directivos de todos los negocios es precisamente el de adaptarse rápidamente a estos cambios y transformar la cultura corporativa de sus negocios para estar al día con el ritmo de mercado, que está siendo movido por el avance tecnológico. Por eso, la expresión del momento, por la que todos se afanan e intentan comprender adecuadamente en el mundo corporativo y de la innovación, es la transformación digital.

Este documento tiene como uno de sus objetivos ayudar a comprender la importancia de la transformación digital. Su principal objetivo, sin embargo, es entender por qué a la base de una transformación digital adecuada encontramos la digitalización de procesos. Con esto será posible al mismo tiempo explicar por qué la mayoría de los intentos de transformación digital fracasan y cuál es la manera de superar los obstáculos más recurrentes que los directivos de las compañías deben afrontar cuando deciden abrazar lo digital como base de su operación corporativa.

2. Transformación digital

Para Westerman et. al, la transformación digital consiste en “el uso de tecnología para mejorar radicalmente el desempeño o el alcance de la empresa”. Esto implica usar los avances digitales, “como analíticas, movilidad, redes sociales y dispositivos inteligentes”, y también mejorar “el uso de tecnología tradicionales como ERP”, para cambiar “la relación con los clientes, los procesos internos y la propuesta de valor” (2011). En otras palabras, la transformación digital es una manera de permitir que las ventajas de la tecnología cambien todo el comportamiento corporativo para que este se vuelva más efectivo, rápido y confiable, y de esta manera se entregue un servicio o producto en menor tiempo y con mayor calidad. Este proceso, que por lo demás se vio en algún momento como una opción valiosa para las compañías, hoy es una necesidad inevitable del desarrollo empresarial.

La permanente y cotidiana cercanía que tiene casi todo ser humano hoy en el mundo con la tecnología, hace que este proceso parezca más o menos natural y sencillo. Por eso, muchos directivos de corporaciones asumen que la transformación digital consiste solo en convertir los datos y la información de la compañía en formatos digitales y en tener una estrategia de mercadeo en redes sociales. Sin embargo, la realidad está mostrando cada vez más que la transformación digital es un proceso más complejo y que requiere de una planeación específica que transforme la comprensión que se tiene de la compañía y no solo que use la tecnología para mejorar la visión que ya se tiene.

Con relación a esta problemática, el investigador Dobrica Savić afirma que “introducir aplicaciones móviles, inteligencia artificial, cloud computing, analíticas, salones de chat y otros servicios digitales solo mejora el negocio ya existente, pero sin cambiar su esencia” (Savić, 2019). En su opinión, esto es más una optimización corporativa y no una transformación digital del negocio. La verdadera transformación digital cambia completamente el modelo de negocio y obliga a una adaptación completa del enfoque desde el que se plantea la organización.

Esto implica, entre algunas otras cosas, una transformación de la cultura organizacional desde la que se maneja la operación del negocio. De hecho, algunos analistas han descubierto que muchas veces el fracaso de la transformación digital se debe principalmente a la imposibilidad de cambiar y adaptar la cultura organizacional a las nuevas reglas de juego. Para Isaac Sacolick, quien en su rol gerencial ha alcanzado considerables logros en el camino de la transformación digital, la cultura de la compañía es la más pesada de las cargas que impiden la asimilación de la nueva visión de negocio desde lo digital (Sacolick, 2017).

Por lo demás, se sabe que las posibilidades que trae la transformación digital para un negocio son inmensas, porque la agilidad de respuesta y la velocidad de los procesos aumenta en una proporción considerable, lo que les da a las organizaciones toda la solidez requerida en el rápido mundo de hoy. Además, les permite ganarse la confianza de los clientes que, por supuesto, esperan una respuesta a sus necesidades que vaya con el ritmo de la vida, el cual está determinado por la posibilidad de comunicación inmediata que permiten los dispositivos inteligentes a los que la mayoría de personas tienen acceso hoy en el planeta. Por eso, las perspectivas a futuro para este nuevo modelo de negocio se ven con cierta claridad:      

Gartner reconoce el impacto de la transformación digital ahora y en el futuro. Por ejemplo, Gartner afirma que para 2021, el 20 por ciento de las relaciones entre individuos van a involucrar al menos a uno de los gigantes digitales. En el momento de afirmarlo, los primeros siete gigantes digitales eran Google, Apple, Amazon, Baidu, Facebook, Alibaba y Tencent (Schallmo y Williams, 2018).

Por la gran importancia que tiene la transformación digital en el futuro de las compañías se hace necesario contar con una estrategia clara y efectiva que garantice el éxito de esa transición. A la base de esta estrategia debe encontrarse la digitalización de procesos.

3. Modelo de negocio y digitalización de procesos

3.1. ¿Qué es el modelo de negocio?

Daniel Schallmo define un modelo de negocio como el comportamiento de la compañía, es decir, la “lógica básica, subyacente, que describe qué beneficios son brindados a los clientes y a los asociados” (Schallmo, 2013). Según esta perspectiva, el modelo de negocio tiene que ver con la manera en que la compañía se desenvuelve para dar esos beneficios y con la forma en que esos beneficios vuelven a la compañía en forma de ganancias (Id.). Por eso el modelo de negocio es lo que determina el valor diferencial que una organización ofrece, y lo que le brinda una ventaja competitiva frente a otras compañías (Schallmo y Williams, 2018).

A partir de esto es más fácil entender el significado real de lo que es una transformación digital. Como se dijo más arriba, esta no consiste solamente en pasar todos los contenidos y registros de la empresa a formatos digitales, sino en una transformación esencial de la compañía. Esto significa, en otras palabras, que la transformación digital verdadera es aquella que impacta profundamente el modelo de negocio y hace que este se convierta en un generador de valor añadido para la organización. La transformación digital exige que las organizaciones revisen su modelo de negocio y lo cambien de tal manera que los elementos tecnológicos introducidos realmente produzcan un aumento en la calidad de los servicios que la entidad brinda y también una mejora en la cobertura y el alcance de la compañía.

Un modelo de negocio en general contiene estos elementos básicos: clientes, servicio prestado, valor añadido, socios y finanzas (Schallmo y Williams, 2018). La transformación digital de una compañía debe entonces pasar por una profunda evaluación de cada uno de estos aspectos y de la relación que estos tienen entre sí, para que de esta manera se pueda reconocer con claridad en qué lugares específicos la introducción de lo digital y de la tecnología de la información realmente producirá resultados óptimos.

Es evidente, además, que cada compañía debe hacer su propio análisis, pues cada una tiene en funcionamiento un modelo de negocio diferente y particular, según el tipo de servicio que ofrece y la visión general de su actividad. En este sentido, la comprensión que cada organización tiene de sus clientes y de la relación que establece con ellos es fundamental en el proceso de transformación digital (Tabrizi et. al, 2019), pues en últimas es esta relación con el cliente la que determina el modelo de negocio con el que se trabaja: “digitación y digitalización tienen esencialmente una relación con la tecnología, pero la transformación digital no. La transformación digital es acerca del cliente” (Bloomber, J., 2018).

3.2. ¿Qué es la digitalización de procesos?

Un proceso de negocio es el conjunto de todas las actividades que se llevan a cabo dentro de la organización. Por eso, el proceso de negocio está íntimamente relacionado con el modelo del negocio. Si el modelo de negocio es la lógica básica de la compañía, el proceso es el despliegue concreto de esa lógica convertida en acciones.

Un proceso está constituido por actividades y por los nexos de esas actividades. Cada actividad debe tener al menos un responsable, pero en muchos casos cada actividad tiene varios responsables y diferentes tipos de personas que intervienen en ella, según sea el rango y la tarea que cada una desarrolla. Por todo esto, la comunicación es esencial para el óptimo funcionamiento de los procesos. Si la comunicación falla en algún punto, en alguna actividad, la totalidad del proceso se ve afectada, lo que termina impactando la calidad del servicio que ofrece la compañía y la valoración que hacen de ella los clientes.

La finalidad última de todo proceso es, como se puede entender de lo dicho hasta aquí, el cumplimento del compromiso que la compañía tiene con sus clientes. El cliente es el elemento inicial y también el final de todo proceso, pues el cliente, con sus requerimientos, es el que pone en marcha los procesos y las tareas que hay en ellos, y es el cliente el que al final de todo el desarrollo de la operación recibe el producto o servicio terminado. Por eso, una comprensión adecuada de lo que es un proceso debe darle al rol del cliente un lugar primordial. Esto es lo que normalmente se conoce como una organización planteada a partir de procesos.

La organización por procesos, a diferencia de la organización jerárquica tradicional y la organización por departamentos, es el tipo de organización que surge cuando se pone al cliente en el primer lugar. Cuando se piensa en el cliente y en la mejor manera de entregarle el servicio o producto que requiere, toda la organización de las actividades se hará a partir del reconocimiento de cuáles son las formas más adecuadas de producir los resultados esperados, lo que significa que todos los empleados y directivos trabajarán al ritmo del proceso que más satisfacción produzca en el cliente. Esta es, por lo demás, el tipo de organización que se espera que tenga una organización que empieza a buscar una transformación digital: “la transformación digital requiere que la organización maneje mejor el cambio en general, haciendo del cambio una competencia básica, en tanto que la empresa se convierte en una organización orientada al cliente de extremo a extremo” (Bloomber, J., 2018).

Por eso, si la óptima respuesta a los clientes está determinada por la calidad de los procesos que despliegue la organización, y si los procesos son la concreción del modelo de negocio, entonces un paso esencial en el proceso de transformación digital es el de la digitalización de los procesos de la compañía. Esto significa un uso inteligente y eficiente de la tecnología empresarial disponible hoy para la optimización de todos los procesos, y en especial del carácter relacional de los procesos, es decir, del tipo de comunicación e interacción que hay entre todos los responsables y entre todas las actividades del proceso.

En términos generales la digitalización de un negocio se entiende como la adaptación de ciertos aspectos de la compañía a formatos digitales, lo que permite que exista una cantidad considerable de automatización en sus procesos, automatización basada en la computación y la tecnología de la información. Algunos investigadores, sin embargo, entienden la digitalización de una manera más específica:La digitalización tiene tres fases diferentes: la fase inicial, en la que operaciones o procesos simples se automatizan; la fase media, en la que procesos que tienen relación entre sí se automatizan y se unen; y la tercera fase, la más compleja, en la que varios sistemas que sostienen los procesos del negocio y los flujos de información se integran en sistemas de administración corporativa (Dobrica Savić, 2019).

Entendido de esta manera, la digitalización no es otra cosa que la automatización de todos los procesos de la compañía por medio de la integración inteligente de la tecnología disponible en la actualidad, con la cual la comunicación y el registro de actividades se desarrolla de una manera significativamente más confiable. Esta automatización, para que sea realmente efectiva y cumpla con la definición que se ha dado de la digitalización, requiere de un enlace de los procesos de la compañía en un sistema que los integre a todos y los coordine en un solo proceso global, que es la operación total de la organización. Esta operación, así enlazada, garantiza que los clientes reciban la mejor respuesta a sus solicitudes, y que los servicios y productos de la compañía tengan la mejor de las calidades posibles en el exigente mercado.

4. Digitalización de procesos para la transformación digital exitosa

4.1. ¿Por qué fracasan los intentos de transformación digital?

Se estima que ya en 2018 hubo una inversión de alrededor de 1.3 trillones USD en iniciativas de transformación digital en las compañías de Estados Unidos, y que alrededor del 70 por ciento de esas iniciativas no alcanzaron los objetivos trazados (Zobell, 2018). Eso significa alrededor de 900 billones USD desperdiciados. En el presente, en medio de las transformaciones que estamos viendo aparecer en el mundo con relación al uso de la tecnología en todas las áreas de nuestra vida, se espera que la inversión en transformación digital sea aún más alta en los próximos años.

Así explica Kurt Cagle el estado actual de la comprensión que tienen las compañías de la importancia de implementar las transformaciones que las lleven a este importante cambio en el modelo de negocio:Las organizaciones funcionan a partir de información, y en el siglo XXI las organizaciones deben ser capaces de sacar provecho de toda la información para ser competitivas en el entorno del mercado. Al transformar la compañía para trabajar más digitalmente, toda esa información puede ser aprovechada para tener una mejor comprensión de los clientes, los mercados, la competencia y las tendencias. Esta transformación digital es algo que todas las compañías necesitan hacer, no solo para sobrevivir, sino para prosperar en la nueva economía (Cagle, 2019).

Quizás en esta encrucijada muchas organizaciones están empezando con estos planes de transformación sin revisar adecuadamente cómo debe llevarse a cabo para que no sea solamente un intento de usar más tecnología en sus actividades diarias, sino que sea una verdadera transformación del modelo de negocio y de la cultura corporativa, como se señaló más arriba. Si una organización se toma el tiempo de analizar adecuadamente sus necesidades y de entender que las posibilidades de lo digital pueden transformar esencialmente la manera en que esta hace negocios con clientes y asociados, terminará por descubrir que sus procesos de negocio son el primer aspecto que debe reestructurar y digitalizar para que así todos los involucrados empiecen a descubrir nuevos ritmos de trabajo determinados por la tecnología.

Por eso se puede afirmar en pocas palabras que la razón principal del fracaso de tantos intentos de transformación digital es que la introducción tecnológica no está acompañada de una transformación de la manera de pensar y entender los negocios y la actividad corporativa. Lo que muchos gerentes esperan es simplemente automatizar algunas actividades específicas para que se optimice el tiempo, pero no esperan que haya un cambio en la estructura y en la lógica de los procesos. Por eso Cagle afirma que, si bien la transformación digital abre la puerta a cientos de nuevas posibilidades, también trae consigo una serie de compromisos y deberes que las organizaciones, sus directivos y empleados, deben asumir. Muchas de estas nuevas responsabilidades serán “organizacionalmente dolorosas, porque tienen que ver con quién controla el flujo de la información, y esta es una forma de poder a la que aquellos en una posición de poder no van a querer renunciar” (Cagle, 2019).

Así, al final, la transformación del enfoque que debe darse en la cultura organizativa, y que es la que debe acompañar un proceso de transformación exitoso, tiene que ver con un cambio en las formas de poder y control que se ejercen en las empresas. La transformación digital implica un nuevo manejo de la información, un uso más integrado que permita la colaboración de todas las áreas de un negocio en un mismo flujo de información y que garantice un registro permanente y en tiempo real de todas las acciones, decisiones, respuestas, etc., dentro del proceso de la entidad. Esto significa una transformación cualitativamente significativa del tipo de comunicación que sostiene los participantes en la operación.

La necesidad de aprender a moverse en un sistema donde la información fluye más rápidamente y con mayor libertad para ser encontrada y usada viene determinada por las nuevas reglas de juego que están surgiendo en los negocios en el siglo XXI. Lo digital “significa que las estrategias que se desarrollen exclusivamente en el contexto del sector de una compañía particular van a sufrir muchos desafíos” (Bughin et. al, 2018), porque la digitalización está integrando y unificando no solo los procesos dentro de una misma compañía, sino que está unificando en un solo flujo de información todos los mercados a nivel mundial: “las plataformas que permiten que los participantes digitales se muevan a través de los límites de la industria y los diferentes sectores están destruyendo el modelo tradicional” (Id.). Por eso, transformar la cultura organizacional no es solo un requisito de la introducción exitosa de la tecnología en un negocio, sino que es el requisito de toda transformación digital, por cuanto que esta es una demanda que las nuevas prácticas industriales, basadas enteramente en lo digital, están imponiendo en el tablero de juego de la economía global.

4.2. ¿Cómo alcanzar el éxito en la transformación digital?

Entonces, ¿cómo garantizar un buen desarrollo de esta transición? La digitalización de los procesos es una estrategia clave en esa dirección, pues, como se señaló, en los procesos y su dinámica es donde se concreta el modelo de negocio. Entonces, después de establecer con claridad el tipo de negocio que se va a desarrollar y cómo va a ser un modelo totalmente digital, lo siguiente es digitalizar todas las actividades y tener una operación totalmente digitalizada, lo que implica que todos los procesos se automaticen y conecten mediante la tecnología escogida para esto. Como ya se ha visto, lo fundamental de esta digitalización de procesos es que todos los procesos funcionen integrados en un mismo flujo de información que garantice la óptima comunicación entre responsables y actividades de la compañía.

Esto significa dar un paso decisivo en la eliminación de los diferentes silos que guardan información separadamente y unificar todo en un solo gran almacén donde se pueda guardar toda la información y los registros organizados y disponibles de la operación. El empresario Steven Zodell afirma en este sentido que “normalmente buscamos archivos que nosotros creamos, y que están en algún silo de información con un nombre que hemos olvidado”; esta práctica es totalmente inútil en el entorno tecnológico del sigo XXI. Por eso, ya es momento de “empezar a consolidar estas fuentes de información en mismo sitio, al que los equipos de trabajo puedan acceder para obtener la información que necesitan para su trabajo, y de una forma auto-gestionada y en tiempo real” (Zobell, 2018). 

La transformación digital es una realidad que sigue tomando fuerza y que inevitablemente determinará el ritmo de los negocios en el futuro próximo. Por eso la decisión más importante que un gerente, un directivo, el líder de una compañía, puede tomar, es implementar los cambios que traerán esta transformación a la vida de su compañía, mientras que se respeta su visión y las metas trazadas por sus estrategias de negocio (Tabrizi et. al, 2019). Sin embargo, después de esta decisión debe venir un examen detallado del modelo de negocio de la compañía y de la transición que se hará para encontrar el modelo que se adapte a las nuevas condiciones digitales. También se tiene que hacer una revisión cuidadosa de todas las herramientas tecnológicas que hay disponibles en el mercado para determinar cuál es la que más se adapta a las necesidades de la compañía y la que le puede brindar la mejor asesoría: “No hay una única tecnología que traiga ‘velocidad’ o ‘innovación’. La mejor combinación de herramientas para cada organización variará según la visión de cada una” (Tabrizi et. al, 2019). El uso de un software flexible y adaptable de Business Process Management es una de las opciones más recomendables para esta renovación del negocio.

Lo que se debe buscar es que el cambio a lo digital garantice para la compañía una transformación en los hábitos laborales, lo que empieza a modelar de una nueva forma la manera de involucrar a los empleados (Tabrizi et. al, 2019). Debe haber una transformación en la cultura organizativa que le deje ver claramente a todos los trabajadores que todos tienen un papel importante que cumplir en la operación, y que todos cuentan con la actividad de todos los demás porque hay un trabajo en equipo que se va a fortalecer con la conexión tecnológica implementada. Según Tabrizi et. al, “La mayoría de las tecnologías digitales brindan posibilidades para ganar eficiencia y cercanía con los clientes. Pero si las personas carecen de la mentalidad adecuada para cambiar, y si las prácticas organizacionales vigentes son deficientes, la transformación digital solamente acrecentará esas deficiencias” (2019).  Por eso lo más indicado es pensar por iniciar el cambio con una digitalización de los procesos corporativos, porque en estos es donde se concreta el modelo de negocio y es donde se puede hacer un diseño de operación que la alinee y centre en la satisfacción de los clientes. Esta digitalización de procesos debe integrar todas las diferentes actividades y la información que se desprende de ellas en un solo sistema y en un solo flujo de trabajo en el que participe todo el equipo. Así se sentirá una unidad orgánica que busca un mismo objetivo en una misma gran acción de la que muchos hacen una parte.

Con esta digitalización integrada de procesos la eficiencia de la organización crecerá, pues la realidad es que hoy “la mayoría de las organizaciones están desintegradas en silos separados y las áreas funcionales y las unidades de negocio tienen dificultades para comunicarse, coordinarse y colaborar” (Zobell, 2018). Esto ayudará a que los empleados se sientan incluidos y comprendan que su trabajo es valorado y que no se pierde en informaciones y comunicaciones que no llegan a ningún lado. Según un estudio de Forbes “una parte demasiado grande del trabajo del día se va en revisar el correo, hacer tareas administrativas y en reuniones. La actividad se pierde sustancialmente en ‘trabajo en la sombra’, que consiste en tratar de navegar las brechas dentro y entre silos cuando se hace trabajo de equipo cruzado” (Id.).

Finalmente, lo más importante, lo que determina un buen comienzo para el cambio exitoso hacia lo digital, es que se comprenda que debe haber un cambio en la manera de entender y asumir los negocios, que consiste en asumir que el mundo digital de hoy todo está integrado y comunicado en tiempo real por redes de comunicación digitales. Con esa perspectiva clara es más fácil que los gerentes comprendan las nuevas necesidades de los clientes y que propongan un trabajo que esté encaminado a satisfacerlas al mismo tiempo que crecen como gerentes y permiten el crecimiento de sus empleados en las realidades del mundo de hoy (Tabrizi et. al, 2019).

5. Conclusiones

En Dexon Software hemos venido trabajando sobre todos estos puntos y hemos perfeccionado nuestra solución de Business Process Management (Dexon BPM) para abracar todas las fases que requiere un proceso de digitalización completo. Por eso nuestra herramienta está diseñada para integrar los flujos de trabajo y los datos de las organizaciones para alinear los objetivos estratégicos con los procesos del negocio. Además, tiene una implementación flexible que adapta la automatización a los aspectos que la compañía requiera, y que extrae la información de cualquier tipo de banco de información que la organización tenga en uso. Dexon BPM es un aliado clave para el cambio que requiere el mundo corporativo de hoy, marcado por la velocidad, la calidad y la automatización.

Desde nuestra perspectiva, sabemos que la tecnología debe ser un aliado de los negocios y no un obstáculo de sus objetivos o un factor debilitante con relación a la competencia. Por eso hemos comprendido que solo una automatización robusta de los procesos de una organización puede garantizarle a esta un lugar de liderazgo, sin importar el sector en el que se desenvuelva. Nuestro compromiso sigue siendo acompañar a las organizaciones en el desarrollo de su transición tecnológica hacia la transformación de su modelo de negocio actual a un modelo completamente digital, ágil, efectivo, confiable, satisfactorio para sus clientes y para empleados, directivos y socios. De esta manera contribuimos al desarrollo y mejora de las condiciones de muchas compañías que tienen la mejor disposición para seguir creciendo durante el siglo XXI.

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