Tal vez la tendencia tecnológica que tiene más fuerza en la actualidad y la que más está transformando la vida de las personas sea la inteligencia artificial. Lo más asombroso de esta tecnología es pensar que una máquina, creada por el ser humano, puede llegar a superar a las personas en sus capacidades de trabajo y de pensamiento. Esto, por supuesto, también se ha empezado a aplicar a las compañías de todo el mundo. Principalmente, se usa la inteligencia artificial para optimizar los negocios y facilitar las actividades de las personas que los desarrollan.
Sin embargo, por ser una tecnología tan novedosa, es todavía incomprendida por muchas personas y temida por otras. Para algunos, esto no es más que un avance de las ya tradicionales herramientas tecnológicas que ya se conocen; para otros, es la amenaza más grave para el trabajo humano y para la capacidad de las personas de liderar los negocios y tomar las decisiones. La realidad, no obstante, no es ninguno de estos dos extremos.
Es cierto, por lo demás, que la inteligencia artificial ha alcanzado unos niveles de eficiencia inimaginables:
Los avances de la IA en la última década han sido nada menos que asombrosos. Gracias a los avances en la potencia de cálculo y a los cada vez más numerosos datos disponibles para entrenar modelos, el crecimiento de la IA y el aprendizaje automático (ML) ha sido exponencial. Las máquinas pueden ahora enseñarse a sí mismas a jugar y vencer a los mejores jugadores del mundo en juegos de habilidad como el ajedrez, el Go y otros innumerables juegos de estrategia digital. Y, lo que es más importante, las máquinas han demostrado ser mejores que los humanos en la detección del cáncer de pulmón en su fase inicial. (forbes.com)
Pero bien utilizadas, todas estas posibilidades pueden significar un crecimiento sostenido para las compañías de cualquier tipo de actividad comercial, sin importar su tamaño o su modelo de negocio. Por eso, es esencial una reflexión detenida de cómo se pueden aprovechar sus posibilidades de la mejor manera: “Corresponde a los directivos evaluar y comprender esta nueva tecnología y cómo podría incorporarse en sus organizaciones” (Id.).
El principal reto que deben enfrentar gerentes y directivos de los negocios en el mundo es el del cambio: el entorno cambia permanentemente y con este las condiciones de nuestra organización. Esto significa que una acción que hoy puede ser benéfica para la compañía, puede ser desastrosa en tres semanas o el siguiente año, porque nada se queda estático en cuanto a la economía, los gustos de los clientes, las posibilidades del equipo, etc.
Entonces, conocer con un alto grado de certeza cuál es la acción más oportuna en una cierta circunstancia, no solo por sus efectos inmediatos, sino por sus posibles consecuencias a largo plazo, es una de las virtudes fundamentales de un gerente o un directivo. Es esta capacidad la que garantiza el crecimiento continuo del negocio y su mejora constante. Ahora, en un entorno que no solo cambia, sino que cambia a un ritmo nunca antes visto, en un mundo con grandes crisis financieras y tecnologías emergentes con sus productos asociados, esta capacidad de predecir se ha vuelto muy difícil de conseguir. Pero la inteligencia artificial ha sido una de las herramientas que han venido a ayudar a fortalecerla.
Las empresas que utilizan el aprendizaje automático y los datos en sus procesos de toma de decisiones son capaces de tomar decisiones más seguras cuando tienen datos que las respaldan. Pueden establecer puntos de referencia lógicos y concretos que les permiten seguir el impacto de sus decisiones a lo largo del camino. Las empresas impulsadas por los datos también son más proactivas. Al utilizar los datos para comprender mejor sus productos, clientes y operaciones, pueden impulsar el cambio en las áreas más críticas. Estos cambios se traducen en mayor velocidad, más eficiencia, menores costes y mayores beneficios. (forbes.com)
Con el uso de inteligencia artificial se pueden tomar los datos en tiempo real, hacer análisis predictivos, y recibir consejos constantes de parte de la herramienta para saber cuáles son las mejores decisiones según las condiciones presentes y futuras. Así, el gran cambio que trae la tecnología es que nos fuerza a confiar en los datos y la información analizada y no en la capacidad analítica de los gerentes: “Las empresas plenamente orientadas a los datos confían en el proceso y en los datos que han recopilado y los utilizan para aumentar sus decisiones. Esto es así desde los niveles más altos de la organización hasta los empleados de primera línea” (forbes.com).
Para alcanzar estos niveles de automatización y ser organizaciones totalmente orientadas a los datos, es preciso que se tenga un plan claro de transición hacia lo digital. La mejor manera de lograrlo es mediante una solución de Business Process Management, como la que ofrecemos en Dexon Software. Esta es una herramienta fácil de implementar y que integra todos los aspectos del negocio en un mismo sistema de automatización. Así, toda la información está disponible, tanto en tiempo real como la del pasado.
Con esto, los análisis que pueda ofrecer cualquier solución de inteligencia artificial se hacen posibles, y se garantiza una operación coherente y unas decisiones que tienen en cuenta todos los aspectos del negocio.
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