Integración para la hiperautomatización

La automatización de procesos es una estrategia de optimización de los negocios que ya viene trabajándose desde hace un tiempo. La tecnología informática ha permitido que muchas de las actividades corporativas se enlacen para tener comunicación en tiempo real y así lograr más velocidad y mayor precisión. Sin embargo, la hiperautomatización sí resulta ser un concepto más nuevo. Esta consiste en llevar al extremo las posibilidades de la automatización y requiere de algunas condiciones. Lo primero que se debe pensar es que se necesita la integración para la hiperautomatización exitosa.

Empecemos definiendo la hiperautomatización:

Mediante el uso de IA y ML, la práctica de la hiperautomatización identifica patrones para crear automatizaciones que puedan evolucionar y adaptarse sobre la marcha. Desde la resolución de problemas de la interfaz de usuario (UI) en tiempo real hasta el conocimiento en tiempo real de situaciones peligrosas, la hiperautomatización ha florecido hasta convertirse en un mercado de 600.000 millones de dólares, permitiendo a las empresas innovadoras desarrollar e impulsar rápidamente código dinámico que conduzca a resultados empresariales reales con mayor rapidez. (forbes.com)

La hiperautomatización, además de este uso decidido de las tecnologías inteligentes y de aprendizaje autónomo, tiene que ver con llevar la automatización a una porción cada vez más grande de los procesos corporativos: “La hiperautomatización no es un grupo específico de tecnologías o herramientas. Se trata más bien de un enfoque holístico para automatizar el mayor número posible de procesos empresariales mediante una familia de herramientas, tecnologías y plataformas” (forbes.com).

Con esto, las organizaciones empiezan a funcionar completamente sostenidas por la tecnología de la información y tiene que cambiar su cultura organizacional desde su misma base. En este sentido, la más importante de las transformaciones tiene que ver con la integración entre las personas y las funciones que cumplen. La razón es que como con la tecnología aumenta la velocidad, si no hay un funcionamiento integrado, esta rapidez solo trae confusión y no mejores resultados para el negocio:

Por ejemplo, los equipos financieros que gestionan las cuentas por pagar y por cobrar han logrado un enorme éxito en la racionalización de las operaciones de procesamiento de documentos mediante el uso de robots de software. Los equipos funcionales que adquieren y explotan nuevas tecnologías pueden desarrollar un sentido obsesivo de propiedad de las herramientas. Con demasiada frecuencia, no tienen interés en compartir sus “juguetes” con otros departamentos que podrían introducir nuevas prácticas técnicas o de gobierno que complican su uso. Este síndrome de “no te metas en mi caja de arena” puede restringir el rendimiento de las inversiones en automatización a ganancias tácticas en la eficiencia de los departamentos en lugar de mejoras estratégicas en la eficacia de los procesos de toda la empresa. (forbes.com)